Abrazado a la Nada

  Estoy en el punto justo en el cual hay que decidir si dar el paso hacia el vacío, jugársela por lo desconocido; o en volver atrás: a la mediocridad, a lo seguro, a lo gris, donde sé que hay amor pero también mucha mierda que ya no puedo esconder.   Jugársela es la respuesta, pero como extraño la seguridad, como me pesan los pies para avanzar.   Solo, sin nadie al rededor, solo por dentro, vacío, siempre el puto vacío.   Por favor necesito dejar de pensar! Necesito dejar de sentir, por un segundo. No puede ser que sólo quiera dormir con tu respiración. No puede ser que sólo quiera un poco de calor.   Pero tengo que hacer que estas heridas cierren de una vez, las marcas del dolor deben desaparecer y el camino no es hacia atrás.   Si pudiera volver el tiempo atrás sería todo tan distinto, cuánto daño en vano, cuánto dolor que pudo haberse evitado, sin embargo acá estoy: roto aunque de pie.

¿De qué sirve mentirse a uno mismo? Si el espejo nos escupe la verdad... ¿De qué sirve simular amor? Si la angustia no puede desaparecer. Quisiera poder soltar el miedo, soltar todas las inseguridades. ¿Qué es la vida si no es una oportunidad? Oportunidad de ir siempre más allá. ¿Por qué sigo esperando que alguien me saque de acá? Tengo que moverme solo, de eso se trata. Sí, moverme: angustiado, inseguro, pero moviéndome. Lo bueno quedó atrás, lo malo también debe hacerlo. Tengo que correr y no volver la mirada. Avanzar, alejarme de esos recuerdos que no me dejan dormir. No pensar si puedo lastimarte, no pensar en vos, sí en mí. Buscar mi punto de equilibrio, buscar la plenitud en mi interior. Duele, es verdad, duele. Pero: ¿Qué es tan fácil en esta vida?

Hoy marchamos todxs lxs que estamos en contra de este sistema machista.  Hoy marchamos todxs lxs que estamos hartos de la violencia que representa el patriarcado.  Hoy marchamos porque vivas las queremos, porque no vamos a soportar ni un femicidio más, porque la igualdad tiene que prevalecer por sobre todas las cosas.  Hoy marchamos porque nadie tiene el derecho de decidir sobre la vida de una mujer, sólo ellas.  Ellas son libres, y vamos a pelear juntxs por ese derecho.  # NiUnaMenos

Es necesario que una historia termine para que puedan comenzar otras. Así como las flores, es necesario que mueran para que otras aparezcan. ¿Qué puede ser mejor que florecer una y otra vez?

  Empezamos a vernos menos, pero no necesariamente a extrañarnos más. Podían pasar semanas sin tener noticias uno del otro, sin embargo algo nos hacía volver. Ese algo era nuestra piel, nuestros cuerpos como polos opuestos se atraían mutuamente, una relación de simbiosis nos dominaba, un cuerpo sin el otro era un cuerpo incompleto. Y el encuentro, puedo llegar a decir que era mágico, era realmente pleno.   Cuando sentía su cabeza en mi pecho creía que todo estaba bien, tenía la sensación de que ese momento iba a durar para siempre, que iba a ser eterno en algún lugar; podía imaginarme vivir así. Era vernos y no pensar en nada, todo se daba tan natural. Las cosas cuando son buenas no hace falta pensarlas, lo espontáneo siempre es mejor; y nuestros encuentros eran eso, espontáneos. 

Murmullos en mi cabeza, hasta donde puedo extender la reflexión, en los rincones oscuros, cubiertos de polvo. Muchas veces ignorados pero nunca olvidados. Esos murmullos se hacen fuertes, se vuelven inevitablemente primordiales; me cuestionan una y otra vez; me hacen crecer, avanzar. Es difícil soportarlos, a veces no sé si me gusta que existan. Se transformaron en mi forma de ver el mundo y no es amena. Cuestionamientos, contradicciones, inestabilidad. No hay soluciones mágicas. No hay salidas rápidas. Adoptar el eterno retorno, voy a vivir así: repitiendo todo eternamente. Hacerse cargo de los actos y de lo que no hacemos. Hacerse cargo de ser, de eso se trata. Sentir la vida y la muerte como lo mismo. Transición y transgresión. Soltar y crear.