Abrazado a la Nada

Pensar como barrera. Lo que sentimos está más allá. Si hablamos del centro de nuestros pensamientos, hablamos de sensaciones, de sentimientos, del ser como sustantivo. Hablamos de sentirnos libres. Te dije insignificancia y me dijiste invisibilidad, estar flotando. Te sentí. Me siento libre, eso me hace estar presente. Desde ahí veo reflejado todo lo que soy y todo lo que hago. Vos me hablaste de búsqueda, de imposibilidad. Pensé en lo social, en los límites. Vos me hablas desde lo humano, y a tu búsqueda constante me la explicaste desde el amor. Hace mucho no lo veía así (y yo ya no soy el mismo de hace mucho), sentimientos e ideas se conectaron. Cuando pude racionalizarlo sólo pude pensar en el ocio y en la piel.

No sé qué pensar, No sé qué sentir. Te robas mis ganas. Impaciencia, cansancio, aburrimiento. El drama me asqueó y lo que te pasa no me importa.  Lo vivido, lo sentido, va a estar siempre ahí. Pero la muerte tapa todo (la muerte está en todo). Los recuerdos se oscurecen, y el repudio, la pena, el asco, quieren asomar. Pero eso es todo lo que no quiero sentir. El drama, la espina la saco de raíz, y que duela lo que tenga que doler.  Descansá en paz. 

Ayer pensé en vos y que me gusta abrazarte. Me haces reír, sentir, y hace rato no sentía así. Pasan las horas, placer al sentirte, los besos crecen. Ahí estoy,  cierro los ojos y siento más, tanto que me pierdo, caigo sin tiempo. Aunque no pueda explicar mis sentimientos, estoy contento por poder sentir así. Me quiero quedar cerca. Mi piel siempre es la misma,  junto a la tuya me gusta más. 

Paredes lisas, mal pintadas descascaradas y engrietadas. La reja oxidada, sucia. Mis oídos no quieren escuchar, con lo que veo me alcanza. Y el tobillo hinchado. Y el miedo pasado. ¿Qué es lo importante? Donde estoy, donde pienso y siento. Lo que veo va más allá de lo que soy. Y escribo por escribir.