Elegía
La angustia que nunca se va, sube por mi garganta cerrada, sube por mi garganta hostil a mis propios sentimientos. Que amargura, que dolor. Desconsuelo irremediable. El dolor de todos, sólo en mí. Desaparecidos que no volverán. Orgullo por el estoicismo. Estoico por fuera, pues hombre, adentro mar de lágrimas, roto, patidifuso, solo, deshecho. La angustia que nunca se va, sube por mi garganta, humedece mis ojos, me saca una sonrisa de mueca. Crecer mediante el dolor. La despedida no es suficiente. En cada sueño tu imagen escapa. Sé que algún día seré yo quien escape del recuerdo de quien me quiso. La muerte de un padre: La angustia que nunca se va.