Abrazado a la Nada

Me empecino buscando placer bebo, fumo, beso. Que idiota, no soy uno con el universo. No soy uno con nadie. Si algo nos une es el dolor, qué hacemos con él es otra cosa, que cuesta, cuesta. Y más que plata sangre, sudor, horas. Después todo queda en nada y desaparecemos. Qué importa cuándo o cómo empezó, si estamos sujetos a nuestra conciencia todo el tiempo. La puerta de salida siempre está abierta, menos mal que siento placer al respirar.

Si estoy a la defensiva lo que sea que venga del otro hacia mí, me parecerá un golpe. Y no hay cosa más absurda e inservible que sentirse golpeado. A los golpes se aprende ¿A qué? Claro, el dolor, duele. Y a los muertos es difícil hacerles preguntas.