No hay que dejar de creer, ni de crear. No importa que lo que impere sea el egoísmo, la falta de empatía, el mirar para un costado cuando hay tanta necesidad enfrente. Que el amor sea el motor de nuestros actos no puede pasar de moda. 

Creo que todo lo que parta de ahí vale la pena. Puede generar dolor, mas no arrepentimiento. 
Hay algo de cierto en eso de que todo vuelve. La muerte es como un bumerán, puede alejarse bastante, la podemos perder de vista, pero vuelve. Las heridas, aunque cicatricen, ahí quedan, como los tatuajes. 

No perder el foco, actuar con amor, y que sea lo que tenga que ser. 

Comentarios

Entradas populares de este blog