Estoy agradecido con cada amor que llegó hasta mí.
Sin ellos yo no sería más que otro idiota
aferrado a dudas sin sentido,
a viejos rencores, y lo que es peor,
a celos que sólo carcomen la mente hasta el subconsciente. 

Resulta que estoy dispuesto a amar hasta arder,
estoy dispuesto a morir amando,
y me dejo amar.
Por eso estoy agradecido. 

Ni hablar de los placeres, de la pasión,
que son la causa de que si tuviese que vivir todo,
una, dos, mil veces más, no me sentiría maldito, 
sino todo lo contrario. 

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