La muerte merodea, no va a parar.
Y aunque mejore la situación,
aunque haya algo de esperanza después de este pozo,
la miseria moral que me rodea no puede desaparecer,
y mucho menos sin dejar profundas huellas.
A los confundidos los entiendo.
A los que fomentan el individualismo los aborrezco.
Sepan que no nos van a vencer.
Acá abajo sólo podemos resistir,
y tener fe en que la organización vence al tiempo.
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