Tu abrazo en medio de la noche
vale más que los sueños de riqueza
de aquellos mediocres, tristes y egoístas. 

Tu calor, que siento, es el motor de mi sonrisa,
y tu sonrisa, hace las veces de mi leitmotiv. 
La ausencia de una perspectiva de futuro
que no sea catastrófica, pierde importancia
cada vez que te siento feliz estando al lado mío. 

Ya no pienso en lo efímero, en lo que se escapa,
en mi carne que se pudrirá. 
Porque desde que descubrí tu amor
me entregué al presente
y que sea lo que tenga que ser. 

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