Escenarios que no existen,
junto a un ego, tan antibalas
que puede soportar cualquier dolor
con tal de no verse humillado,
mala combinación.

La mente crea y uno aguanta la desazón,
cuando la realidad te absorbe, te ata,
y no dejas de pensar en cosas que antes parecían absurdas.

Luego de tanto dolor, uno cree
que lo que te hizo daño, ya no puede hacerlo.
Pero es mentira,
lo que es verdad es que chocamos con las mismas piedras.


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