Afortunado seguro,
porque veo belleza a cada paso,
belleza que me corresponde.

No es que ya no busque nada más,
sino que, no sé qué más puedo pedir.
Quizás mayor talento 
para describir lo que mis ojos ven.

Me babeo y beso.
Cómo no voy a agradecer.
Al final la humedad no mata,
la humedad ahora es sinónimo de placer. 

Entregado a la piel.
Entregadísimo. 

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