"…buscaba placer engañando al dolor." Decía Sabina en una canción, y yo:

Por las dudas y por vicio
corroboré muchas veces
el hecho de que la piel
no cambia. 

Las fricciones, temperaturas,
la humedad, el placer que roza al dolor,
no cambian.
Nada nuevo encontraremos.

A veces el dolor se profundiza
cuando lo que pensamos
que lo aliviará, fracasa. 
Buscamos apagar el dolor
y en ese esfuerzo nos apagamos.

Quisiera sacarle más horas a la soledad.
Creo tener una idea clara sobre el mundo
y quizás esa sea la causa de mi dolor,
mi falta de sorpresa, mi apatía. 

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