La semana pasó, cómo pasan mis risas. 
Se apagó cómo se apaga mi mirada cuando mi piel se roza con tu piel. 
Tan efímera fue la semana, cómo el calor que nuestra fricción generaba.

La semana termina, sola.
Amanezco rodeado de frío, poniéndome en posición fetal y mirando por la ventana.
Mis gatos no aparecen y no quiero pensar en el desayuno.

Las tareas atrasadas se apilan, las deudas crecen.
Lo que me moviliza desaparece, 
así como esta semana. 

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