Las verdades son tan comunes como las mentiras.
El apego es real, que nos vamos a morir, también.
Sí, la ausencia es hermana del dolor y del duelo.
Los fracasos y lamentos, figuritas repetidas.

El tiempo que pierdo, el día a día que pasa,
mis latidos que por ahora no se detienen.
Yo cuando me siento lejos de mi cuerpo.
Yo cuando no me reconozco.
Defraudarse a uno mismo es lo peor,
sin embargo ¿Qué importa?

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