Hay sensaciones que llegan y hace rato las conozco.
Gestos conocidos, la tensión en la respiración y lo inerte en mis ojos.
¿Desde que tan lejos me puedo mirar?
¿Dónde empiezo a mirarte?
¿Qué sucede con el instante en el que entraste en mí?
¿Dónde va la primera vez que sentimos al mismo tiempo?

La arena cae, grano a grano, casi como yo,
de un lugar a otro, aunque sin saber donde pisar.
En caída libre, con media sonrisa y algún que otro miedo.
Terminé así entre tus sábanas, tu piel y tu voz.



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