Soñé un abrazo sincero,
un abrazo que no entendía de tiempo.

Ensueño, el tiempo no importaba.
Lo sentí en la piel, desperté sintiéndolo.
Y aunque al abrir los ojos nadie estaba ahí,
me sentí bien, porque sentí de verdad.

Los sentimientos no reviven, sino que vuelven,
y a veces más fuertes.
A veces rompen más lejos.


-No veía su rostro. No sentía su olor. La piel.
¿Solo yo?

Comentarios

Entradas populares de este blog