4-6-18

No se llega hasta allá, es verdad, mi verdad. Me mentí, ya que no puedo reflexionar aún más. Y no es que no pueda porque lo haya intentado dando el mayor esfuerzo, sino que, dejé correr el tiempo (siendo consciente de que en el no hacer, en realidad, estaba haciendo) sin vueltas, sin problemas y no llegué a la reflexión profunda. En el fondo sé, como siempre lo supe, que no tiene sentido buscar un sentido.
Lo preocupante, o lo que me alarma, es la perdida de voluntad y, más específicamente, la perdida de sensibilidad. El hecho de creer en la no creencia, deja la posibilidad, el margen, un pequeño hueco desde el que se puede ridiculizar todo lo social. Esa ventana antes no estaba, y ahora existe. Aunque no le quiera prestar atención, aunque no sea lo más importante en mi sentir, ahí está.
Lo injusto es lo que más duele, eso no cambió. Pero, volviendo a la esencia que intento descubrir, creo tener la certeza de que esa que antes era negra, ahora es peor, ahora es gris.

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